Aprender a delegar no se me ha hecho fácil. De hecho, no lo considero como una de mis fortalezas. Tiendo a querer complacer a las personas y constantemente batallo cuando necesito confrontar a otros y decir no.
Debido a esto, puedo reflexionar el por qué a algunas personas se nos hace tan difícil delegar y luego expresar los beneficios que he visto cuando delegamos correctamente.
Luego de un tiempo de introspección e investigación he llegado a la siguiente conclusión: En la mayoría de los casos, se nos hace difícil delegar porque tenemos un problema de inseguridad. He aquí las razones principales por las cuales no delegamos:
1- Creemos que sólo nosotros podemos hacerlo bien: Creemos que nuestro estándar es el correcto. En consecuencia, preferimos hacerlo nosotros que invertirnos en otros para que puedan crecer y mejorar.
2- Si lo hacemos nosotros, resaltamos y nos convertimos en indispensables: Si tu objetivo es crecer en la organización, no hay mejor tarea que convertirte en un experto en desarrollar a otros. Si tienes que hacerlo todo tú solo y no puedes delegar, muestras incapacidad para manejar un puesto de mayor responsabilidad y liderazgo.
3- Tenemos miedo a perder el control: Es natural que como líderes queramos mantener el control y delegar es entregar parcialmente el control. Sin embargo, si al momento de delegar escoges a la persona correcta, te aseguras que tiene los recursos y el tiempo necesario, realmente no “estás perdiendo el control”
Es importante destacar que cuando delegas una tarea, la responsabilidad final sigue siendo tuya. Por ello, tienes que aclarar muy bien las expectativas, los plazos y monitorear el progreso.
Ahora bien, aprender a delegar trae grandes beneficios, entre ellos:
1- Inviertes tu tiempo en las tareas en las que tú agregas más valor (Ejemplo: estrategia y análisis).
2- Distribuyes la carga de trabajo de una forma balanceada en tu organización.
3- Desarrollas a tu equipo. Los llevas al siguiente nivel.
4- Aumentas el compromiso de tu organización porque se sienten parte del proceso.
Cuando vas a delegar debes hacerte dos preguntas respecto al individuo al cual piensas delegar la tarea:
- ¿Confío en su capacidad?
- ¿Está motivado a completar la tarea?
¿Confías en su capacidad?
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¿Está Motivado?
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Acción
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SI | SI | Delega: Dale toda la responsabilidad y autoridad para cumplir la tarea |
NO | SI | Desarrolla al individuo: Trabaja con él y muéstrale con el ejemplo (o asignándole un mentor) cómo cumplir la tarea. Invierte el tiempo necesario para que desarrolle su capacidad al siguiente nivel. |
SI | NO | Delega pero monitorea constantemente: Aclara con el individuo de forma clara expectativas y plazos para cumplimiento. Luego monitorea de cerca para asegurar que los plazos se cumplan. |
NO | NO | No delegar: Necesitas buscar otro individuo o hacer la tarea tú. |
De ahora en adelante puedes utilizar la tabla anterior para guiarte en el proceso de delegar en tu organización. Espero que pueda serte de utilidad.
Siempre recuerda que si tu objetivo es crecer y convertirte en un mejor líder, cada vez más vas a tener que invertir tu tiempo en desarrollar a otros y entregarles mayor responsabilidad. Si aprendemos el poder de delegar no sólo estaremos ayudando a nuestro equipo a elevarse a un nuevo nivel de desempeño, sino también liberando nuestro tiempo para actividades en las cuales nosotros podemos impactar la organización de una manera mucho mayor.
Fuente: Victor Hugo Manzanilla - Liderazgo Hoy
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