Si tienes un proyecto en mente, seguro que una de las preguntas que puede surgirte es ¿qué hacer para ser conocido y encontrar clientes?
Pues bien, antes de llevar a cabo cualquier acción promocional es imprescindible empezar con una planificación previa, a través de ella conseguiremos saber dónde estamos y a dónde queremos llegar, pudiendo rectificar en el momento preciso.
El primer paso en esta planificación es saber quiénes somos, algo que parece obvio, pero que en muchos casos no sabemos cómo transmitir. Para ello, empecemos por saber cuál es lamisión de nuestra empresa y por supuesto hacia donde queremos ir, la visión. Para explicar estos conceptos, utilicemos el ejemplo de AJE Madrid, por un lado su misión es fomentar el talento del joven emprendedor en la sociedad, ayudando a crear y consolidar sus empresas y por otra, su visión es “Conseguir que Madrid sea el referente europeo de la innovación y el emprendimiento”. Ahora te toca a ti, intenta hacer este ejercicio para tu caso concreto;). Además, sería bueno que también se tuvieran claros los valores en los que se va a fijar la filosofía de nuestra entidad, estos pueden ser transparencia, excelencia, trabajo en equipo, unos u otros dependiendo de lo que queramos transmitir.
En esta planificación previa tampoco podemos olvidar:
El público: un factor que debemos conocer en profundidad para determinar cuáles son sus necesidades y de qué manera quieren cubrirlas. Estúdialos al detalle, sigue su comportamiento en las redes, mira estadísticas ya realizadas, haz encuestas, pregunta a amigos y familiares, testea tu producto o servicio con ellos, solicita su feedback… su opinión será tu mejor arma.
Competencia: nuestra competencia nos puede dar claves muy relevantes para orientar de manera adecuada un proyecto. Podemos observar qué les funciona y qué no y así extrapolarlo a nuestro caso. De la competencia es importante analizar sus productos, sus precios, sus acciones publicitarias online y offline, su imagen corporativa, el tipo de clientes, pero no solo eso, tenemos que prestar atención y ver por ejemplo, qué tono de la comunicación están utilizando, qué tipo de contenido comparten, cuál es su política de atención al cliente…Por último, coge todo lo que has observado y determina tus debilidades y fortalezas respecto a tu competencia.
El entorno: es decir, el análisis de los factores que pueden influir en el funcionamiento del proyecto, ya sea en positivo o en negativo. Estos factores pueden ser demográficos, sociológicos, político-legales, ambientales, tecnológicos, etc. Muchos de ellos podrán beneficiar o por el contrario perjudicar a tu negocio, por lo tanto, lo mejor es tenerlos localizados y así, o bien aprovecharlos o bien intentar esquivarlos de la mejor forma.
Nuestros objetivos: lo que queremos conseguir, todos ellos deben seguir la fórmula SMART: específicos (establecidos con claridad), medibles (que se pueda cuantificar el progreso), realizables (alcanzables), realistas (ajustados a las características y contexto real de la empresa) y limitados en el tiempo (con un plazo establecido). Estos objetivos nos permitirán, una vez finalizado el proceso, saber qué hemos cumplido, qué no y así tomar acciones de mejora.
Ya sabemos quiénes somos, nuestros objetivos, competencia, entorno, público…así que ahora nos será mucho más fácil llegar a la cuestión más importante en una estrategia de marketing, nuestra diferenciación. Se configura como la parte esencial, se trata de determinar qué tiene nuestra empresa que la hace especial frente al resto y por ello, qué valor hará, que los clientes compren nuestros productos o soliciten nuestros servicios. Tener clara esta cuestión, será clave para determinar todos los mensajes comunicativos y los canales más adecuados para llevar a cabo nuestras acciones de promoción.
A por ello, ¡emprendedores!
Soraya Albaladejo
Responsable de Marketing y Comunicación en AJE Madrid
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