Con mucha alegría veo esta nueva camada de emprendedores jóvenes que, con pasión, tomando riesgos y pensando a largo plazo, casi sin darse cuenta, están transformando sus barrios, sus ciudades y el país.
Predicando con el ejemplo, apostando a construir valor primero y capitalizando la revolución digital que les brinda oportunidades históricas y que cambia todas y cada una de nuestras actividades diarias.
Emprendedores jóvenes que se dan cuenta de que estas nuevas tecnologías les permiten competir de igual a igual, estando en cualquier parte del país, viniendo de cualquier colegio o universidad y que, de la misma manera, también les permite llevar sus ideas y proyectos no sólo a todo el país, sino a todo el continente y el resto del mundo.
Hoy se benefician de un creciente ecosistema que les da soporte. Fundaciones como Endeavor y otras, nuevos fondos de capital de riesgo basados en la región, incubadoras, mentores, universidades, redes de emprendedores, casos de éxito que sirven de ejemplo a la hora de levantar fondos por el mundo y finalmente, otros emprendedores que, como miembros de una cofradía, nos apoyamos mutuamente, sólo por saber que el otro también está queriendo cambiar una parte del mundo para mejor y que, en este ecosistema, todos nos beneficiamos cuando a uno le va bien.
Es importante entonces que estos nuevos emprendedores también sepan que parte de la responsabilidad de emprender será volver a contribuir a este ecosistema que, ausente de toda iniciativa política, se ha creado, y que tal vez por esa ausencia es autosustentable y cada vez más robusto.
Marcos Galperin Emprendedor Endeavor
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